Hay mensajes que te torturan el alma.
Hay señales que te arrastran hasta el punto de partida.
Es el punto en el que haces clic.
Y te das cuenta de todo,
y te escondes tras una máscara;
pero esa máscara no es un lugar seguro.
Te duele el corazón.
Porque no eres tú.
Y ahora todas las señales que te taladran,
te torturan el alma…
Y no te queda más remedio que reconocer…
Que ese tú…
Soy yo…