A veces pienso que los tres palos que sujetan una palmera son más fuertes que yo.
Es curioso, esta mañana me sentía feliz, sonreía, las cosas empezaban a ponerse en su sitio.
Ninguna felicidad dura eternamente.
Ahora paseo junto con mi dolor buscando imitar a esos 3 palos que sujetan tanto peso.
Respiro hondo y pienso en cómo llevarme los 3 palos a casa.
Pero no puedo.